Los globos que colorean la vida

Los globos que colorean la vida

6 mayo, 2020 Desactivado Por Pablo Arzate

Esta historia comienza en un lugar no muy lejano, comienza aquí mismo donde la comienzas a leer, donde un joven se encontraba en un parque sentado en una banca, sintiendo el aire en su cara en sus manos, el sol sobre su piel y esas sombras intermitentes que generan las hojas de los árboles al ser movidas por el viento.

Este joven estaba sentando ahí de una forma tan sensible, porque estaba enamorado, acababa de ver a su novia como casi todas las tardes que la acompañaba a su casa y por los últimos días algo lo invitaba a sentarse en esa banca y sentirse enamorado, lleno de esa sensación. 

Una tarde ahí en la banca se sentó a su lado un globero, que se sentaba a descansar sus pies después del día de trabajo que por supuesto aun no terminaba, ya que muchos niños después del atardecer llegaban al parque por  montones. Los primeros días sólo se saludaron con un buenas tardes y los dos se quedaban sentados en silencio, el globero era un señor de la tercera edad, ropa humilde, huaraches bastante gastados por el uso, pero un día de repente comenzaron a platicar, el joven comentaba lo emocionado que era estar enamorado de su novia, de esa sensación que disfrutaba mucho, pero que en su mente siempre quedaba la duda de no saber si era verdadero amor o ese que es pasajero, del que idealizas, del que se desvanece. El globero guardo silencio por un breve momento y le comentó que lamentaba no poderle dar una respuesta concreta a esa pregunta, que lo único de lo que el sabía era de los globos, el globero se quedó mirando su mercancía y el sol traspasaba los globos y llenaban de sombras coloreadas tanto al joven como al globero, y mirando ese juego de luces esbozo una sonrisa después le dijo:

Lo que si te puedo contar es que los globos se relacionan con las personas de una manera muy particular y talvez también con el amor, así que para empezar quiero compartirte algo muy importante de los globos, los globos necesitan tener algo que los mantenga o sostenga. En el caso de los globos lo que los mantiene flotando es el aire que tienen dentro. Ahora bien, el aire con el que inflas a un globo proviene de tu interior, pero no te pertenece totalmente sólo lleva una parte de ti, le pertenece al universo, es creado y constituido por todo lo que te rodea, si vives en un lugar donde hay polvo, tu aire (con el que inflas el globo) tendrá micro partículas de lo que te rodea. Por lo tanto, lo que te rodea también forma parte del interior del globo de esa esencia que sostiene. Entonces el centro del globo, su esencia es ese aire que lo llena, que lo mueve y depende de la cantidad del aire y de sus elementos lo que hace flotar al globo.

Pues así pasa con el amor necesita ser sostenido. Y qué sostiene al amor: la esencia, tu alma y tu alma esta creada por energía co-creada con lo que te rodea, con tu historia y con lo que construyes de ti en cada momento… como si inflaras tu alma constantemente de lo que te rodea, y mientras más consciente seas de como tu alma llena ese amor, será lo que te haga fluir, flotar.

Los globos son de plástico un material que es flexible, pero que tiene sus límites, es resistente y en determinado punto o con algunas cosas vulnerable, también es una barrera que protege la esencia, es absolutamente necesario que exista esta barrera, porque no solo protege sino que también contiene a su esencia, además tiene un color y una textura. Este color y textura es muy diferente al interior, a la esencia, es su forma de estar en el mundo, pero siempre en estrecha relación con su centro.

Hablando de colores sabes que en realidad los colores que nuestros ojos perciben son el espectro de luz que los objetos reflejan, esto es que si tu ves una flor amarilla, no es que realmente sea amarilla, sino que el único espectro de luz que ese objeto refleja es el amarillo, no es amarillo, refleja el amarillo. En esto los globos se parecen a las personas, nuestra alma es una y nuestro cuerpo es diferente, pero la contiene y está en estrecha relación con su esencia.

Por lo tanto, si hoy elijes ser como persona, un globo azul, no quiere decir que tu esencia sea azul, a veces creemos que porque veo un globo azul así es la persona y sólo puedo ver su exterior. Los globos son en su mayoría translúcidos, dejan pasar luz, y parece que su centro, su esencia es azul, pero no lo es, simplemente es la forma que elije en este momento para interactuar con el entorno y contener a su esencia.  

Y entonces hombres y mujeres, que van caminando con sus globos inflados por su propio aire, del color que ellos escogieron, cada globo dejándose llevar de forma única por el viento, algunos más resistentes a las espinas que otros, algunos vuelan muy alto, otros bailan, algunos van a ras del suelo y así, posibilidades infinitas de movimientos, formas y colores. Entonces sucede el encuentro y tanto el hombre como la mujer interactúan con el globo del otro, con su forma, su color, su flexibilidad, su vulnerabilidad hasta que nuevamente se relacionan los globos-personas con el amor, a veces si la mujer tiene un globo rojo y el hombre azul y se conocen entre sí sólo sus formas, su color, sus movimientos por fuera, y se exploran, se conocen, juegan, bailan, y se viven “enamorados”, al separarse por algún tiempo la mujer extraña esa forma, el color de él y él el color y forma de ella. Se extrañan por lo que hacían juntos, pero no conocen el centro, la esencia. Por lo tanto, cuando esa relación termina, extrañaran sus formas y sus colores y puedrían buscar a otra pareja que tenga un color parecido o que tenga la forma o la manera de volar similar a la anterior. Generalmente estas parejas pueden durar en su relación, pero si hay un cambio en el color del globo o en lo que puede hacer con él, hay muchos problemas que desestabilizan la relación y pueden terminar. Cuando sucede esto los globos pueden reventar y no hay nada que contenga ese aire, esa esencia, y es hasta que la persona se vuelve a encontrar, se vuelve a contener a si misma que puede volver a relacionarse con el mundo de una forma que no la dañe, que le permite moverse, vivir.

Sin embargo existe una forma en que estas personas pueden interactuar con otros globos, una forma mágica, de repente hay personas que cuando se encuentran el globo de otra algo sucede, no es como el amor a primera vista porque eso es imposible, sucede así, se encuentran el globo de la otra persona y a través de la interacción, de las pláticas, de sintonizar, coincidir en cosas profundas o esenciales, se comienzan a relacionar, a conocer el globo del otro. Existen personas que sin saber cómo comienza a suceder algo especial, poco a poco, sutilmente, las paredes de sus globos se adelgazan, se abren y permiten salir algo de aire, en la interacción con esa persona nuestros globos liberan algo de aire de su interior, y le permite a esa persona conocernos desde nuestra esencia, cuando te relacionas con una persona de la que su globo te ha permitido oler el aire de su interior tu propio globo comienza a hacer los mismo, y te permite no centrar la relación en la forma del globo o el color sino en el centro en la esencia. Sucede una combinación hermosa, ese aire del globo de la persona no me pertenece, sin embargo al entrar a mi y ser esencia, se integra a mi propia esencia, es un aroma que ya no puedo dejar de percibir y que de ahora en adelante formará parte de mi propio aire con el que inflo mi globo. Por lo tanto si me separo de esta persona y no la vuelvo a ver en un tiempo, en cada globo que infle, sin importar la forma o el color, habrá algo de la esencia de esa persona en cada uno de ellos, y cuando la vuelva a encontrar no importará en verdad la forma del globo o el color o el tiempo, porque nuestros aires se reconocerán se identificarán, porque es como encontrarse a ellos mismos en una pequeña parte esencial. Por eso hay personas con las cuales las conexiones son tan fuertes, tan reales que trascienden tiempo y espacio, porque combinan esencias, y de esta forma las personas que se viven así quieren vivir encontrándose, descubriendo colores y formas de globos, formas de volar y de reventarse, de contenerse cuando no hay globos de por medio, de vivir y de seguir compartiendo esas formas, ese todo, quieren ser ellos mismos y también ser a través del otro, no quieren solo ser de un color para toda la vida y solo volar alto porque esa es la misión de todos los globos, se descubren constantemente porque cada que se ven se rodean de ese aire, que constantemente esta cambiando, y así aunque sea el mismo globo el aire cambia, porque no nos pertenece es del universo, pero nosotros lo creamos desde nuestro ser. 

Y en eso consiste la magia en que siempre es nuevo y estas personas les encanta contemplarse así sus globos cambien de color, de forma ó se revienten, la forma en que ese aire y ese aroma inunda constantemente a la otra persona lo hace también conocerse a través del otro, descubrirse y surge intensamente el deseo de estar, de compartirse, sea de la forma que sea, sea con el globo de cualquier color o forma, e incluso sin globo. Ser con y a través de la esencia de un otro.

En fin esto es lo que un viejo globero quiere compartirte acerca de las personas, del amor y de los globos que durante tantos años me han acompañado y de ellos aprendí esta lección.

Pablo Arzate

Pablo J. Arzate Capín

Cuentos cortos

Psicólogo y maestro en educación. Especializado en Psicoterapia Gestalt.

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